sábado, 3 de septiembre de 2011

¿Cómo hacer un buen logo?


 El diseño del logo es un elemento de vital importancia para tener éxito en la creación y el desarrollo de imagen de marca. Un buen logo llama la atención, salta a la vista, mientras que un logo pobre puede dañar a la imagen de marca. Así, a la hora de crear o encargar un logo, se deben tener en cuenta los siguientes consejos:

  • Los bocetos deben hacerse en blanco y negro. Es más fácil evaluar así la calidad del logo. El color muchas veces puede enmascarar o disimular los puntos débiles de un determinado diseño. Por ello es mejor encargar que las presentaciones iniciales se hagan a lapiz, sobre papel blanco.
  • El estilo y la forma son más determinantes que el color. La mayoría de los logos con éxito corresponden a diseños sencillos, por ejemplo el swoosh de Nike o la fuente estilizada de la Coca-Cola. Además, son lo suficientemente versátiles para ser colocados en culaquier parte, ya sea en los laterales de los autobuses, en una tarjeta de empresa, planchados en una camiseta o en un anuncio gráfico en internet. Sí se opta por un diseño complicado, hay que asegurarse de que elemento central del logo pueda ser reconocido en un abrir y cerrar de ojos.
  • El color importa. No se debe elegir un color simplemente por una cuestión de gustos. Puede que te encante el azul (que transmite dignidad y legado), pero un color anaranjado alegre y divertido puede hacer más por una empresa. Los colores que se elijan deben poder ser perfectamente reproducidos en los diferentes medios. Que se lo pregunten a ING Direct, que combina la publicidad en sitios .com y off-line.

lunes, 8 de agosto de 2011

¿Por qué fracasa un web site?

Desde nuestro comienzo en el diseño y desarrollo de web sites, justo con la naciente década de los 90 hasta la fecha, hemos conocido y comprendido una serie de factores que pueden influir en el fracaso de un proyecto web, algunos de ellos (no en orden de importancia):

1. Responsables. Al no tener un responsable directo, un “doliente” al interior de la compañía cliente, el web site bien armado, con bonito diseño y funcional (suponiendo que así sea) queda a la deriva, naufragando por la inmensidad de Internet, facturando 100 o 200 visitas mensuales hasta el punto de hundirse. Es en éste momento cuando se emiten juicios como “Internet no funciona”, “Internet no es para nosotros”, “Internet todavía no está preparado para…”.

2. Objetivos. “Creamos nuestro web site por estar a la moda” o “porque nuestra competencia lo tiene y debemos estar a la altura”, son frases que escuchamos frecuentemente quienes nos dedicamos a ésto. Tanto el diseño como el “lanzamiento online” de un proyecto web sin un objetivo claro se compara con lanzarse al mar sin un puerto dónde llegar. ¿Qué tipo de mediciones podemos hacer si no sabemos qué medir?

3. Producción de contenidos. El diseño es importante pero lo que busca el usuario son “contenidos” al igual que experiencias. La escasa actualización y producción de contenidos propios y útiles para el target group hace que el usuario no encuentre motivos para volver, por lo que la construcción de una audiencia atenta y participativa, una masa crítica, se constituye en un reto casi imposible, spray pimienta sobre los ojos.

4. Aislamiento. La no integración del web site en su estrategia de comunicación es la primera palada para cavar el hueco virtual. Cosas tan sencillas como la publicación de la URL en la papelería y piezas publicitarias son altamente útiles, siempre y cuando el link al que se dirije el visitante contenga “lo que espera encontrar” o “lo que se promete”. Si el cliente posee su propio nombre de dominio, ¿por qué se empeña en colocar en sus tarjetas de presentación el correo de Hotmail?

5. Diseño. Un diseño que no sea atractivo para el target group causará desánimo, repulsión, indiferencia, en fin, cualquier cosa menos atracción. Cuando hablo de un “diseño atractivo” no me refiero a aquel ultra-animado o super-visual, sino pensado para quien lo usará, atractivo para ese individuo. Es común que el empresario coordine con su agencia web el diseño de una herramienta construida en lo funcional y en lo visual acorde a sus gustos, a como él se sueña “la página de la empresa”. Si no se hace un trabajo de investigación previo, lo más probable es que la compañía no logre “enamorar” al visitante web. Cuántas veces más se tendrá que escuchar por parte de los creadores frases como: “la página no me gustó pero mi cliente quedó satisfecho y eso es lo importante”. El diseño del web site de una pyme tiene una vida útil de 1 año, máximo 2 con muy buenas actualizaciones tecnológicas y ajustes de diseño. Al siguiente enero: rostro nuevo!

6. Web marketing. No solo la creación y envío de boletines electrónicos es “web marketing” como piensan muchos empresarios o directores de mercadeo de pymes. El espectro, el campo de acción es infinitamente más amplio y es por ésto que una presencia efectiva en Internet requiere de una estrategia bien concebida. Hoy, la conexión con recursos como redes sociales es de vital importancia para construir audiencia, para fidelizarla, para escuchar, hablar, participar. El web site debe estar perfectamente sincronizado con dicho escenario.

7. Actualizaciones tecnológicas. Tanto las personas, organizaciones, como los “entes vivos online” como son los web sites, deben “moverse al ritmo del mundo”. En la década de los 90, el video y audio como herramientas de marketing online eran un bonito sueño que se veía no muy lejano pero tampoco cercano. Hoy, la integración de éstos recursos en la estrategia de comunicación online, no sólo es una realidad, sino una necesidad. Moverse al ritmo del mundo hace que los web sites no pierdan vigencia y ganen experiencia como entes vivos que son.

8. Impaciencia. Al no proyectar la presencia web a través de etapas se cometen errores que cuestan dinero, tiempo y la pérdida de fé en un medio que bien usado genera grandes beneficios. Casos como el de clientes nuestros que presionaron las circunstancias en los años 90 montando tiendas virtuales, cuando el mercado no tenía la educación para realizar compras por Internet, muestran que del afán no queda sino el cansancio.

9. Tecnología. La calidad de los recursos tecnológicos que soportan la presencia web es absolutamente prioritaria. Abundan los casos de clientes que por ahorrarse algunos pesos en la factura de hosting, afectan la operatividad de correos electrónicos, aplicaciones instaladas y del mismo web site. Tanto el hosting profesional como un dominio propio son vitales y son parte de ese motor invisible que hace que todo opere correctamente.

La sumatoria de éstos aspectos, y seguramente otros que no hemos tocado, muestran señales a tener en cuenta en el momento de abordar el desarollo de un proyecto web.

¿Freelance mercenario?

He visto desde hace varios años que se proponen para el debate en foros, blogs, portales y otros recursos web temas relacionados con el trabajador Freelance bajo una “entonación” muy particular, del tipo: ¿es el trabajador freelance un mercenario? ¿es el trabajador autónomo un sicario gráfico? ¿representa el freelance un problema para el negocio de la publicidad?.

Para entrar en contexto y dar algunos argumentos básicos para el debate, es importante sentar las bases del tema, partiendo por una definición.

¿Qué es un freelance?

Se denomina trabajador freelance o freelancer (o trabajador autónomo, cuentapropia e independiente) a la persona cuya actividad consiste en realizar trabajos propios de su ocupación, oficio o profesión, de forma autónoma, para terceros que requieren sus servicios para tareas determinadas, que generalmente le abonan su retribución no en función del tiempo empleado sino del resultado obtenido, sin que las dos partes contraigan obligación de continuar la relación más allá del encargo realizado. Fuente: Wikipedia

Este modelo de autoempleo tiene tanta fuerza en la actualidad, en gran parte gracias a Internet. La Red ha ofrecido al freelance la posibilidad de trabajar desde el lugar en el que se encuentre y acceder a clientes en ciudades y países distantes. De la misma forma, el aumento en el uso de outsourcing o tercerización de actividades por parte de las empresas ha “mejorado” el panorama para este tipo de trabajadores.

Uno de mis grandes amigos es un freelance metódico y experto en hacer negocios desde su posición. Su vida se reparte entre varias ciudades de Estados Unidos, Europa y Colombia. Entendió perfectamente el papel como trabajador independiente. Su maletín tiene todo lo necesario para abordar el día a día de una forma absolutamente profesional: un pc portátil de high performance dotado con el software requerido y 2 baterías de repuesto, todos los cacharros USB que pueden existir como lámparas, ventilador, refregerador, adaptadores, entre muchos otros (“la lámpara la uso mucho en los vuelos internacionales para trabajar sin incomodar a la persona que viaja a mi lado), impresora/scanner, cámara de fotografía y de video, un videobeam que parece una caja para almacenar CDS, insumos como papel, labels, cds, marcadores, lapiceros, audífonos, cables de todos los tipos, etc, etc (la lista sigue). Está en capacidad de poner sus propuestas económicas durante la misma reunión donde se hace el acercamiento comercial, tiene clientes en Colombia, España y Estados Unidos. El soporte legal de sus actividades es sólido y claro. Camilo es una persona que lleva la oficina sobre los hombros.

Mercenarios

Si nos remontamos a la etimología de la palabra, ésta deriva del término medieval ingles free-lance o lanza independiente, usado para describir a un mercenario, ésto es, a un “caballero sin ideología definida que no servía a ningún señor en particular y cuyos servicios podían ser alquilados por cualquiera”. Fuente: Wikipedia.
Desde éste punto de vista, el freelance es un mercenario. ¿Está bien empleado el término para describir a un profesional con las características antes descritas? Queda a su criterio.

Pero no es la óptica o prisma con el cual deseo ver al individuo. A lo que me refiero es a un “sentir” que se expresa en el ámbito laboral y que desde hace algunos años ronda los recursos generadores de debate en Internet y fuera de la Red y que en muchas ocasiones ha llegado a permear de forma directa el actuar comercial del creativo poniéndolo en aprietos. Esto quiere decir, el “rumor”, “murmullo”, “opinión o creencia particular o generalizada”, “etiquetamiento” (si fuera válido el término) hacia una especie de trabajador que se sale de un modelo o esquema standard, o mejor, un modelo aprobado y probado en el tiempo.

Desgarrando la vestimenta

“El freelance no paga impuestos”, “el freelance es la prostituta del trabajo creativo, se vende al mejor postor”, “el freelance no tiene un equipo que lo respalde”, “el freelance es un trabajador fantasma, puede desaparecer en cualquier momento”, “el freelance es incapaz de fidelizar clientes, inicia con mucho entusiasmo y luego los deja tirados”, “el freelance por no perder una oportunidad le dice SI a todo y luego no es capaz de cumplir”, “el feelance es un trabajador informal, no genera compromiso ni se proyecta con el cliente”, “el freelance se tira el mercado, se vende por cualquier centavo”. Estos y muchos otros son argumentos que se esgrimen en los distintos recursos tanto físicos como online para demeritar el trabajo del freelancer o trabajador autónomo.

El debate

Hasta cierta edad, el trabajador nuestro, el trabajador colombiano tiene “alma de empleado perpetuo” (espero no herir suceptibilidades). Los nuevos trabajadores, los trabajadores de las nuevas “camadas” o generaciones vienen con otro chip, con una arrogancia, irreverencia y espíritu rebelde combativo más enraizado, más marcado. El inconformismo y la permanente búsqueda de opciones, sumado a la excelente posibilidad de acceder al conocimiento, a la documentación y a la “colaboración” (sumatoria de talentos) proyecta al trabajador del futuro como un nuevo tipo de trabajador. ¿Tomará el nombre de freelance? En países no “tan” latinos, el trabajador freelancer tiene un caracter más profesional y su aceptación es casi que generalizada.

La intención del presente texto no es otra que abrir las puertas al debate entorno al papel que desempeña el trabajador freelance en el ambito de la creatividad publicitaria (el que me compete) o en cualquier otro.

Agradecimiento a - Carlos Cortés - por el artículo y la publicacion en Ventana Creativa.

Las Piezas Gráficas mas creativas de Marzo del 2011

Siempre hay algo creativo por ver, ya sea en un minuto o de aca a 10 años, la creatividad grafica nunca deja de sorprendernos, aca les traigo unas muestras que tambien les puede servir de inspiracion al crear sus piezas creativas.Las Piezas Gráficas mas creativas de Marzo del 2011.

Diseñadores Gráficos, construyendo creatividad

Cuando decimos diseño gráfico ¿conocemos realmente a qué nos estamos refiriendo?. Lo mejor es comenzar por las definiciones de cada palabra. Diseño nos remite a todo aquello que se relaciona con el arte y la creatividad: traza, bosquejo, disposición de tipografía y textos en todo tipo de impresores. Por otra parte, Gráfico se refiere a las descripciones y operaciones representadas con figuras o signos. Sin embargo, el diseño gráfico es más que la suma de estas dos definiciones ya que abarca un proceso. Precisamente es desde este punto de vista que el profesor Jorge Frascara define al diseño gráfico como el proceso de programar, proyectar, coordinar, seleccionar y organizar una serie de factores y elementos con miras a la realización de objetos destinados a producir comunicaciones visuales1.


¿Pero en qué consiste el trabajo del diseñador gráfico? De lo enunciado anteriormente podemos decir que un verdadero diseñador gráfico será aquella persona capaz de: recopilar, orientar y definir un objetivo, dirigir entre varios y diferentes elementos para luego “crear” comunicación gráfica valiéndose del arte y la creatividad. Todas estas acciones construyen el camino para persuadir correctamente sobre un definido receptor por supuesto que ese camino deberá estar sostenido por una efectiva estrategia.

Ahora bien, ¿cómo podemos describir ese proceso en la práctica? Concretamente todas estas consideraciones teóricas se ponen a prueba cuando un comitente real nos encomienda un trabajo ya sea una campaña publicitaria, una imagen corporativa o un diseño editorial. Porque es en ese momento cuando comienza nuestra verdadera aventura para elaborar el diseño.

Como punto inicial, una reunión con el comitente nos servirá para saber cómo son su ideas, cuáles sus necesidades y asesorar acerca del tipo de trabajo que requiere. El siguiente paso es el relevo, que consiste en recoger la mayor información posible y depurarla hasta poder definir la estrategia visual, qué tipo de recurso persuasivo, cuántas y cuáles piezas gráficas se necesitan crear.

El trabajo se va enriqueciendo con el aporte cada vez más creativo : la estética de las piezas gráficas. De estas ¿cuales serán realmente las más representativas del mensaje a comunicar? Hay que tener en cuenta el grupo social al cual pertenece el receptor, qué imágenes consume, cómo vive cotidianamente, cuáles son sus gustos y hábitos, etc. Estas respuestas definirán el estilo y el recurso retórico de las piezas gráficas.

En esta apasionante tarea sabemos que, por más pequeña que sea, cada pieza, siempre tiene un valor funcional y simbólico que no debemos descuidar. Cada decisión es importante dentro de un largo proceso de análisis y creatividad. Así se va templando nuestra paciencia y ejercitamos nuestra capacidad para diseñar.

Sin embargo, más allá de seguir los pasos prolijamente, nuestra creatividad tiene algo de misterioso. Ese plus misterioso excede al talento particular de cada diseñador. Como diseñador gráfico, vivir el proceso del diseño es una experiencia fascinante. Es un verdadero periplo creativo, es sentirme en un mar de ideas donde soplan las musas inspiradoras. Siempre vale la pena aceptar el desafío de la creatividad. No sólo por la aventura de llegar a buen puerto, sino por la incomparable emoción de ver cómo la obra final cobra su propia identidad para luego pertenecer al mundo de las comunicaciones visuales.

D.G. Fidel Leonardo Forciniti



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